lunes, 28 de abril de 2008

La Música es el Arma



A través de la música, el nigeriano Fela Anikulapo Kuti, supo influenciar a decenas de músicos como Ginger Baker y Jack Bruce (Cream), Robert Fripp (King Crimson) o Ian Anderson (Jethro Tull). Pero también ha logrado inspirar a revolucionarios y militantes políticos de todo el mundo, siendo por encima de todo, la voz de resistencia del Tercer Mundo.

Amanecer
Fela Kuti llega a Estados Unidos a finales de los 60, de gira con su banda. Allí conoce a una estudiante de Antropología: Sandra Iszadore. Fue ella “quien me dio la educación que quería conocer. Sandra fue quien abrió mis ojos”, dice Fela. “Fue ella quien me habló de África. Por primera vez escuché cosas que jamás había oído antes sobre África”. Así, es introducido a las doctrinas de Malcolm X y las Panteras Negras con las que comienza a gestarse un nuevo estado mental; que se verá reflejado en la nueva dirección musical más ancestral, moderna, auténtica y más cerca de África: “Afro-beat”.
Fela Kuti explica este retorno a casa: “Volví con la intención de cambiar el sistema completo. No sabía que iba a tener... ¡semejantes horrores! No sabía que iban a oponerse por mi nuevo Africanismo. ¿Cómo iba a saberlo? Desde que llegué a casa, comencé a predicar... y mi música comenzó a variar acorde a cómo experimenté la vida y cultura de mi gente”.

África 70
Con la redirección de su vida cambia la banda, ahora “África 70”, y su club nocturno a “Shrine” (santuario). Y también comenzará su enfrentamiento directo con el gobierno nigeriano, que perdurará hasta su muerte. En 1971 sale el primer single de la banda: “Jeun Koku” (Comer y Morir). De más esta decir que fue un éxito total en Nigeria. Con la nueva banda utiliza el inglés “pidgin”: la lengua de la clase trabajadora y popular nigeriana, con la que logra una comunicación clara. Es esta clase popular, asediada por los gobiernos militares, quienes revalsan todas las noches el “Shrine” para escuchar a Fela “el presidente negro” y su música.
El mensaje contra la elite es clara y llama a la acción: “Basta de servir a los blancos”, “debemos desarrollar nuestros recursos negros” (cultura, tradición, lenguaje, etc.) como una amenaza directa a las clases reinantes, “salirnos de las religiones coloniales: elementos fundamentales para esclavizar las mentes” y que “el hombre debe ser libre”. Esta es la voz del pueblo nigeriano y de toda África, que viajaba de cualquier punto del continente para escuchar al nuevo líder y que agotaba los pocos discos que se dejaban publicar.
Su creciente popularidad en el continente fue la principal amenaza a una clase dirigencial que no iba a tolerar que un “músico” les quite sus negocios. Golpeado, censurado, encarcelado, fanáticos reprimidos, clubes clausurados, fueron algunas de las tantas maniobras que utilizó el gobierno con sus militares para frenar la caída de su reputación.



República Kalakuta
La música de Fela era el grito de millones de corazones marginales y excluidos que no querían morir. La República Kalakuta eran las tierras comunales destinadas a su vivienda. Donde se alojaban él, los músicos y las 27 reinas (coristas y bailarinas). Pero no era sólo una casa: era el centro de su variedad musical y su protesta activista, era la fuente de una organización de resistencia, llevando a cabo un contenido de pensamiento para voces opositoras y un centro de imprenta para divulgar la palabra. Era un lugar vital de libre pensamiento y creatividad para Lagos, para África y para el resto del mundo también. Allí se encontraba su estudio de grabación y albergaba a los seguidores que deseaban prestar su ayuda en la comunidad “kalakutiana”.
“Mi gente dice tener miedo, temen por el aire que nos rodea. Tememos luchar por la libertad, tememos luchar por la justicia, tememos luchar por la felicidad, siempre encontramos una razón para temer”; se lo escucha en el tema “Sorrow, Tears & Blood” (Pesar, Lágrimas & Sangre), como un llamado a unirse a su República.
El 18 de febrero de 1977, luego de dos fechas de festival “kalakutiano”, el gobierno militar nigeriano mandó 1000 soldados para arrasar con el lugar y apresar al líder. La casa fue prendida fuego, las mujeres violadas, los hombres brutalmente golpeados, la madre de Fela de 78 años y en silla de ruedas, además de haber sido golpeada fue arrojada por una ventana (murió unos meses después a cuasa de estas lesiones), el propio Fela fue llevado al hospital por fractura de cráneo y luego encarcelado.

Egipto 80
Las encarcelaciones se fueron sucediendo de manera sistemática con el correr de los años. A comienzos de los años 80, la banda se transformó en Egipto 80 por contar con 80 personas arriba del escenario, entre músicos y bailarinas. Las heridas de un gobierno que lo golpea sin cesar se transmiten en sus discos y en la conformación del M.O.P (Movement of the People – Movimiento de la Gente). Un movimiento al que estan invitados a participar todos aquellos excluídos, marginales y oprimidos por el gobierno militar nigeriano. Con el M.O.P, Fela Kuti se declaró candidato a las elecciones del año 1983. Pero en 1981 su camino presidencial fue detenido: lo encarcelaron por posesión de cannabis y le fue denegada la participación con el M.O.P. Al poco tiempo de ser liberado, fue condenado a 5 años de prisión por exportación ilegal de moneda corriente. La presión ejercida por artistas internacionales y en conciertos de apoyo, apuró su liberación en 1986.
Por lo malos tratos recibidos en prisión comenzó a convivir con el SIDA, enfermedad que le deterioró el cuerpo y su fervoroso espíritu de lucha hasta el día de su muerte el 2 de agosto de 1997. Su muerte dejó un espacio vacío difícil de reemplazar: por su inigualable música y por su activo enfrentamiento a un poder sucio, cruel y opresor de millones de personas trabajadoras de Nigeria, África y el Tercer Mundo.
Sandra Iszadore, con motivo de la muerte de Fela dijo: “Ahora pienso en todas aquellas personas que dejó atrás. Todos aquellos a quienes dió trabajo. Aquellos que sacó de las calles. En todos aquellos que no hubieran tenido un lugar, un trabajo o un futuro de no haber sido por Fela. Él era un hombre muy generoso. Les dio oportunidades a muchas personas. Al mismo tiempo era un tipo común. Un hombre simple. Yo le dije que era una estrella, que necesitaba una limusina. Él dijo: No, ¿puede ir toda mi banda? Si todos no podían ir en la limusina, no la hubiera pedido. No se separaría de la banda. No se ponía por encima de NADIE”.

“Quiero usar la música como un arma”
“Hay que tocar música y hay que estar activo”, dijo Fela en 1979. “Quiero usar la música como un arma. Hay que hacer algo contra el sistema. Si no te gusta, haz algo. En Inglaterra, por ejemplo, la sociedad ha llegado a un punto donde la música puede ser un instrumento de placer. Allí pueden hablar del amor, de las chicas con las que se acuestan. Pero en mi sociedad no hay placer, sólo el esfuerzo diario de la gente para existir. El arte debe hablar de tu estado de desarrollo o de subdesarrollo. O sea que, para África, la música no puede ser un placer; debe hablar de revolución”.
Apenas salido de prisión, en 1986 le dijo a la televisión francesa: “La música es el arma, es el futuro... La Música es el Arma del Futuro”.

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